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Mi razón, mi convicción, y el dulce calor de primavera.

Los dias van, los años vienen
y nosotros seguimos atareados
llenando la agenda y quizá no la vida
y aunque habitual, las cosas salen bien y otras no tanto
al final, el día queda salvado y la misión cumplida
sin reparar en que una porción de nuestra existencia
se ha tornado vacía.
 
Mas ahora suspiro profundo por una emoción tardía
que comparto contigo, mi dulce osadía,
que nos calienta la sangre, nos estremece y hasta da cosquillas
una emoción que en mi ya no sentía
cuando vi tus ojos iluminarse porque me mirabas
y senti tus labios dulces, tempestivos e inccendiarios
con su elocuente convicción y el color de tus banderas,
yo he repasado una vez y otra cada imagen de esa escena
y como los chicos, quisiera darme una y otra vuelta
al compartir la emoción de descubrir lo que llevamos por dentro
y percibir el calor que emite tu lumbrera.
 
Hoy tú eres mi razón, mi convicción, y el dulce calor de primavera.

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