Yo iré al mar,
para recordar que soy muy pequeño,
para recordar que no soy nada,
para recordar que nada en mí la infinidad
al sentir en mis pies la arena
y al sentir cómo limpia mis pies el tibio mar.
Yo iré al mar,
para quemarme y refrescarme,
para ver a lo lejos cómo las olas se divierten.
Yo iré al mar,
para recordar que no soy nada,
y que a la vez nada en mí la infinidad.
Yo iré al mar,
o quizá vaya verla a ella.