Fue esa mirada, un frenesí de besos rosando mis mejillas,
desatando una lujuria de sentimientos.
Fue un instante sin fin, y con tiempo para soñarte despierta.
Esa mirada que destellan tus negros ojos como la noche,
me enamora cada vez que aparece dibujada en tu rostro,
¡me hechiza! ¡me cautiva!, ¿acaso será que me estoy enamorando?

Y no solo tu mirada, tus silencios escandalosos que acontecen casi todos los días de la semana. Tu mirada, tu mirada, como un rayo a mitad de un tormenta. Así eres tu en mi vida.

Mientras hablas te observo cautelosamente, cada detalle de tu rostro, tus ojos que se transforman en una línea cuando ríes, tus cejas gruesas y tus labios rosados; soñando que se emparejan con los míos; tus dientes blancos. Sueños e ilusiones que endulzan el sabor amargo del día a día.
Mientras hablas, yo tiemblo y rompo tus palabras con mis besos, callas ante ellos y sonríes. De nuevo una mirada que hace enamorarme de ti una vez mas.