Caricamento in corso...

Correspondencia al joven poeta.

Volá pajarito.

Entiendo su pesar.
A mi también me duele.
Comprendo su tormento,
interminable tempestad.
 
Yo también me caigo, me tropiezo.
yo también lastimo, lo confieso.
Lloro ante mi falta,
yace ahí la herida,
parches y costuras,
que alguien remendó.
 
¡Eleve su rostro!,
aunque duela el granizo.
 
¡Eleve su rostro!,
al ardor del frío.
 
Eleve su rostro, y vea la cima.
 
Hay una cruz,
que la tormenta esconde.
 
Él sigue de pie entre esa blancura.
 
Querido poeta, ¡no se enfríe por dentro!
 
Existe el pecado y existe el perdón.
una herida
y también un  remedio.
el arrepentido,
y la gracia del AMOR.
 
deme chance de quitarle la escarcha,
permítame besar las heridas de su alma,
quiero acompañarlo a escalar la montaña.
en una palabra, quiero llevarlo al AMOR.
 
Una cima blanca, que parece fría,
donde ocurrió la paradoja de la vida.
Donde el fuego evapora las lágrimas,
donde el pecador encuentra el perdón.

Piaciuto o affrontato da...
Altre opere di Gabriela Arroyo...



Top