Mientras tiene luz el mundo y despierto está mi niño, por encima de su cara, todo es un hacerse guiños. Guiños le hace la alameda

Te olvidaste del rostro que hicist… en un valle a una oscura mujer; olvidaste entre todas tus formas mi alzadura de lento ciprés; cabras vivas, vicuñas doradas

Donde estaba su casa sigue como si no hubiera ardido. Habla sólo la lengua de su alma con los que cruzan, ninguna. Cuando dice “pino de Alepo”

Velloncito de mi carne, que en mi entraña yo tejí, velloncito friolento, ¡duérmete apegado a mí! La perdiz duerme en el trébol

Si me dais una estrella, y me la abandonáis, desnuda ella entre la mano, no sabré cerrarla por defender mi nacida alegría. Yo vengo de una tierra

Dejaron un pan en la mesa, mitad quemado, mitad blanco, pellizcado encima y abierto en unos migajones de ampo. Me parece nuevo o como no visto,

Azul loco y verde loco del lino en rama y en flor. Mareando de oleadas baila el lindo azuleador. Cuando el azul se deshoja,

Algo se asoma y gestea y de vago pasa a cierto, un largo manchón de noche que nos manda llamamientos y forra el pie de los Andes

Manitas de los niños, manitas pedigüeñas, de los valles del mundo sois dueñas. Manitas de los niños

Ven, hermano, ven esta noche a rezar con tu hermana que no tien… hijo ni madre ni casta presente. Es amargo rezar oyendo el eco que un aire van y un muro devuelve…

Ha bajado la nieve, divina criatur… el valle a conocer. Ha bajado la nieve, mejor que las… ¡Mirémosla caer! Viene calla—callando, cae y cae a…

A la cara de mi hijo que duerme, bajan arenas de las dunas, flor de la caña y la espuma que vuela

Mi madre era pequeñita como la menta o la hierba; apenas echaba sombra sobre las cosas, apenas, y la Tierra la quería

Al llegar la medianoche y al romper en llanto el Niño, las cien bestias despertaron y el establo se hizo vivo. Y se fueron acercando,

Ganas tengo de cantar, sin.razón de mi algarada: ni vivo en la tierra de donde es la palma, Ni la madre mía