Somos solitarios, buscamos esa comodidad en el refugio de nuestros pensamientos,

es extraño descubrir esa tranquilidad, pero en la compañía de alguien más.

Somos complejos, con tantas variantes y aristas que nos parece increible encontrar la simpleza en otra persona.

Somos tan frágiles solos, pero tan fuertes juntos.

Somos pertubables, impulsivos, tan traviesos que al encontrar la paz buscamos el disturbio; incrédulos.

Nos aferramos a lo que conocemos, aunque sea a costa de nuestra felicidad.