Aquella noche con tu gesto sencill… sin saberlo me diste mas cariño que el recibido en toda una vid… por quien yo pensaba ser querido. Por la ternura en aquel gesto vert…

Temprano en el bosque el silencio… Despacio el cazador furtivo acech… el arma en la mano, la vista en la… La corza incauta a su suerte camin… El lance dispuesto y la suerte dec…

Viniste a mi aquel día, cuando yo yacía inerte. Era el día que la muerte de este mundo me desuncía. Te acercaste a la caja

Se cruzaron nuestros caminos en la cuesta de esa ermita y allí mudaste mi destino. Al verme, me reconociste y, aunque no me conocieras,

Por la mañana al mirarme en el esp… y contemplar de mi vida la pasión, tan solo vi a un demonio viejo que no deja tiempo para la redenci… Que tiene presa al alma, me imagin…

Muchos silencios hubo en mi vida. Silencios de amor, silencios de gu… Silencios de paz, silencios de pen… Muchos silencios habrá a mi salida… Ni los amigos que me diste

Ante la virgen de la ermita, con sus las manos en la cancela, prendida esta la chica bonita. Una plegaria su corazón alienta, con un solo ruego ella se consuela

Mendigo soy Si, soy un mendigo De tus besos, y de tus caricias, de tus abrazos,

Muchos recuerdos poseo, pero solo los tuyos deseo, los que compartí contigo. Muchos recuerdos conservo todos ellos contigo.

Bajito a mi oído un susurro, que ahora es maldito, de tu boca de grana oí: “Te amo, te necesito, te deseo,” son las palabras benditas

Amigos que ya habéis partido después de andar este camino. Ya que la vida habéis rendido, Yo a vosotros me dirijo. Y esta queja os presento.

Alfredo, yo no soy un poeta. Un poeta el alma retrata y a todos con su pluma canta. Yo a mi alma solo doy letra, las otras, mi pluma no penetra.

Nadie, nadie, nadie Nadie en quien confiar Nadie a quien decir Nadie para discutir Nadie para amar.