Siento los gritos mudos latir en tu pecho,
balbucear agazapados y escondidos,
temerosos de pronunciarse por si al brotar por tu garganta..., en ese mismo
instante... son reprimidos cuáles
despiadados bandidos.
Quejidos de tu corazón que antes de
pronunciarse de pura pena,
a las puertas de tu voz... yacen sin
aliento en su inevitable
suicidio colectivo;
Por no resistir la opinión de los receptores que, ¡ellos si! con voz grave
los recriminen.
¡Ten valor y expresa tu sentir fuerte y
altiva!
Sólo así, sólo así... ¡darás sentido a tu
vida!