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La Fuente Italica

A ella, la que no conozco pero muero por conocer.

Aquí, solo, sentado en el silencio del murmullo nocturno, que lleva a mis pensamientos a navegar por interminables océanos de ideas y recuerdos, pero aunque son muchos los momentos que podría visitar, hay solamente uno que quiero rememorar: el día en que no me dijiste mucho, pero te robaste toda mi atencion; el dia que me entere de tu existencia, pero sentí que ya estabas en algún lado aguardando por aparecer, como las ideas platónicas que aguardan por encontrar algo que definir.

Una ocasión, solo una ocasión, pudimos compartir y hablar dos o tres palabras, pero solo eso fue suficiente para que quedaras impresa en mi memoria. Es increíble lo que pueden hacer las fotografías, gracias a ellas me di cuenta de que eras como una hermosa fuente de Italia, arrojando al mundo tus ideas, tus gustos, tus buenos momentos y, en definitiva, tu esencia, como si fuera el agua cristalina que sale con fuerza de la Fontana di trevi, salpicandome con sus radiantes gotas de pasión sin que te des cuenta. Pero algun dia te daras cuenta, algun dia veras como las gotas retornan a la fuente, verás cómo las cosas simples de la vida pueden dejar huellas, y yo estaré aquí, parado, listo para arrojar la moneda de la declaración, listo para ser feliz contigo, listo para disfrutar las mágicas aguas de esta preciosa fuente de Italia.

Es probable que nunca sepas que estoy escribiendo esto, es probable que creas que eres feliz con otro antes de fijarte a quien has salpicado con tu dicha, pero si llegas a enterarte, ten presente que nunca me daré por vencido.

Por Gonzalo Espinoza M.

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