En refinería “Dos Bocas” opacidad como pocas la de López, por supuesto, que fijara el presupuesto. En dólares del complejo

Ya son varios meses de que yo te ruego, mis ansias a veces parecen de fuego. El alma no piensa,

Cuatro barcas en extinción, previo a su total perdición entre la arena, arrumbadas, conversaban desoladas. Sobre la playa candente

¡Ay!, qué bonita familia de los Taddei linda filia que aposentó sus reales en Sonora y otros lares. Cuando menos diez ocupan

En una campiña, digna, como niña, creyó ver nacer justo amanecer. Preciosa llanura,

Nuestra parca, en fin, se engalla, quiere a López, no desmaya calaca tilica y flaca va tras esa chachalaca. Del hackeo de guacamaya

Cuenta, dice, la leyenda que un ave tiene encomienda de velar por los marinos, de guiarlos en sus destinos. En los viajes, derroteros,

Si tuviéramos valor no se habrían atrevido, hoy, escuchen mi quejido ya pensante hecho clamor no está bien tener temor,

Vámonos para la higuera su fronda ya nos espera, como comparsa de flores la adornarán tus candores. Que nos den sombra sus hojas

El Lago de Pátzcuaro llora el dec… del gran Maestro Aurelio, congoja… las aguas y el viento le rinden tr… el silencio reina, es triste, abso… El luto ha asolado los alrededores

Para migrantes la afrenta, los muertos fueron cuarenta en marzo, allá en Ciudad Juárez, mismo número de altares. Que se pusieron, al punto,

Llegaste muy silencioso como en el anonimato cruel tumor maligno ingrato, carcinoma pernicioso te lanzaste malicioso

La fotografía no miente acerca del presidente: se ve a López desolado, desgarbado, atribulado. Cabizbajo sin orgullo