Caricamento in corso...

A la efigie de un dictador

A un hombre, sólo un cuerpo, apenas nada,
tejido, como tejedor, de historia
lo recubre, en metales encarnada,
de guerras y de paces la victoria.
 
Su imagen se levanta sobre cada
miembro de una abundante y basta escoria;
su vida por poetas fue labrada
usando la materia de la gloria.
 
¿Habrá quedado en algún caso lleno
el ídolo erigido con el pobre
y débil hombre? No: aquel queda sobre
 
el cuerpo que una vez pisó el terreno.
Mientras lo tan excelso no se encarne
cantemos a la idea y no a la carne.

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