Caricamento in corso...

Del cuerpo infinito.

Sólo yo y aquella
piel blanca
donde escribir palabras que se hunden,
náufragos de tinta,
el horizonte donde amanece distinta
la claridad más expuesta;
milagro,
milagro de estrella a la mañana,
a la mañana derretida
rica en luces veloces
donde hundir mi sombra exhausta.
 
Tras el aire sangre de los párpados, el sueño.
Tras la ventana del mundo que se entra, el ojo.
 
Encienden de fuego de tarde las palabras
apagan en luces de esperma aquella luna,
las cenizas bajo el agua prístina la apagan
con su sombra blanca del naufragio incesante;
 
nada acaba, el tiempo es una mancha,
un ir y no regresar que regresa como luz:
terrible visión encerrada en la nada que la devora.
 
Las palabras se han hundido en la espalda
como sombras.

Piaciuto o affrontato da...
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