Cargando...

La triste despedida de Benito Lalane

A la familia de Benito

Benito Lalane tenía treinta y un años.
Viajó a Chile escapando de la pobreza,
con un pequeño bolso y una gran tristeza
aterrizó en un país frío y extraño;
no tardaría en sufrir el desengaño.
 
Del castellano, poco y nada conocía;
no pudo defenderse de la explotación:
dos mil pesos por día, más alimentación.
Cada amanecer, un viejo bus lo recogía,
para cosechar frutas, quince horas por día.
 
Con la poca paga consiguió una habitación,
cuyo techo se mezclaba con el basto cielo
y aunque su cama improvisaba en el suelo,
en el alma conservaba intacta su ilusión.
En las noches frías, susurraba una canción.
 
Una mañana gris, no se pudo levantar;
su cuerpo flaco le temblaba como rama.
Su único amigo a su puerta llama y llama,
pero esa voz fue la última en escuchar.
Una neumonía, calló para siempre su cantar.
 
En su velorio, Benito vistió elegante;
es la tradición en su tierra de conjuros.
Dos ampolletas alumbraron su rostro oscuro
y aunque nadie lo conocía desde antes,
hoy todo Chile llora al valiente visitante.
 
Perdona Benito a este pueblo sin conciencia.
Y como yo tampoco libre estoy de culpa,
te doy en estos versos mi triste condolencia.

Basado en la historia de Benito Lalane: https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2017/06/15/la-peor-cara-de-la-inmigracion-la-despedida-de-benito-lalane/

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Humberto Santos...



Top