Caricamento in corso...

Recuerdo de Mario Leiva

A mi primer amigo

Te conocí en la calle,
una tarde de invierno,
con olor a tierra mojada
que dejó el aguacero.
 
Eras hábil como pocos
bailando con la pelota,
no te importaba el barro
en tu cara y en tu ropa.
 
Manos duras de obrero,
pelo negro azabache,
piel morena de marino
curtida en arrabales.
 
Padre muerto: niño triste,
madre viva: niño amado,
nietecito de mineros,
hijo, amigo y hermano.
 
Tu casa fue mi refugio
tantas tardes solitarias;
fuiste mi primer amigo
en esta ciudad agobiada.
 
Otoño del noventa y seis:
hay rumores en el barrio,
¡Que a Satán tienes adentro!
¡Que gritando te escucharon!
 
¡Ay pero que ignorancia!
que no es lo mismo que maldad,
confundir a los demonios
con tu atea enfermedad.
 
¿Dónde andas Mario Leiva?
¿Qué será hoy de tu vida?
¿Quién te espera por las tardes?
¿A quién regalas tu sonrisa?

Piaciuto o affrontato da...
Altre opere di Humberto Santos...



Top