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Eres lo que más amo

Tu soledad
es mi propio aislamiento...
Caminan los días
persiguiéndose encorvados
como ancianos devotos
que no saben donde van.
Y cada anochecer
siento tu andar fatigado;
y en los atardeceres
aletargados
te entregas a la siesta
doblegando tu cansancio.
 
En tu cuarto enmohecido
caen lágrimas
por las paredes
y me hablan de tu soledad
que arrasa con mis días.
 
Yo te amo
porque eres mi oración
escondida;
mi deseo, mi dolor.
 
Caminas sin metas
por las mismas aceras,
sin cambiar el rumbo
de tus pasos.
 
Luego llegas
casi imperceptible
y cierras la puerta,
sigiloso,
y te introduces
en las sombras
sin articular palabra.
 
Eres la soledad
de mi otoño sin esperanza.
La espina
que lacera mi alma.
 
Tu raqueta de tennis
está olvidada
entre anaqueles.
Tus revistas deportivas
con las que hace mucho
fraguabas tus anhelos,
se han empolvado
desterradas de tus sueños.
 
Eres la soledad
enclavada en mi herida,
y tu silencio
me asfixia.
 
Eres lo que más amo,
y tu solitaria vida
llena este setiembre
que corre desbocado.
 
Un año más
que agoniza
en el precario reloj
que avanza
sin tu sonrisa.
 
Te amo en esa soledad
que abarca mi sola vida.
 
 
Ingrid Zetterberg
 
Dedicado a mi amado hijo Raphael
 
Todos los derechos reservados
S.C. Cta. Nº 1107040430657
Julio 2,016

De mi poemario: "El azul de la vida"

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