Ya no quedaba ni el eco del eco del eco de la última palabra

No desprecies a las hormigas Cuando vueles como un faisán, Y cuando te toque arrastrar Tus huesos por el fango, Recuerda que hasta el gusano

Me regalo mis días para andar, Unos zapatos de mi talla, El camino que quiero, Mi amor y mi duelo, la soledad. Unas gafas de sol amplias,

Todo lo que quiero Es escribir versos sobre tu piel, hacerte un besamanos, Desnudarte de un traje de besos a medida,

Que llueva el pan en vez de bombas… hagámonos al amor conversos. Que vuelen suspiros en los drones,… sacralicemos a los niños en vez de… Que no llegue la muerte ni por el…

Nos acostumbramos A la injusticia A la ignominia A las mentiras A la traición

Me volví a los bosques del Norte A aullar a la pálida luna, A cazar solo, lo necesario, A limpiar el alma de escombros. Atrás dejé a Tormenta

Leves como chispeantes átomos Bailando en el dedo de Dios, Como la espuma efervescente De la séptima ola, Sin rémoras ni lastres,

¿Qué es un poema sino un ¡Mira!? O no mires, pero piensa. O no pienses,

¿Por qué estás triste, Blue girl? ¿Qué puede oprimir tanta sutil belleza? ¿Qué secretos esconden

Malditos burgueses, que nos rociáis el dorso de aceite hirviendo y os parece de mal grado denunciar el resultado.

Te quiero, Como lo viejo a lo nuevo, Como un suspiro al anhelo, Como la leche al almendro, Como esta lágrima al océano,

_ Bailas sobre ti, Giras y giras En el centro del espacio

Vosotros que os mantenéis ante la poesía como os situais ante la desgracia, tras un cristal,

Mi primavera, Mi flor brotada De un árbol caído, Mi dulce despertar A la fértil poesía.