CRONOPIÁCEOS
ii
no te enteraste del temblor, del terremoto, de las lluvias
no te enteraste del diluvio de esta nube roja
no supiste dar razón por los orígenes de la niebla
ni de donde permutan sus besos las almas
no te encendieron las llamas del incendio
no te mojó la cisterna rota
no te notaron en la conferencia de prensa
nadie justificó tu falta en el trabajo
no sospecharon tu ausencia en el café
(pero igual te extrañaron)
en casa te llamaron y llamaron sin éxito
no te encontró la nostalgia
escondida bajo mis sábanas
sonreíste,
te alivia el hecho de saber
que a mí tampoco me encontraron.
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