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La ciudad de malagueña

si la lluvia son las aves,
son de agua que vuelan
revoloteando en la estrecha libertad.
Ser leve y ser pesada,
ser anarquista en la ciudad,
en la ciudad de la furia.
¡hay la ciudad!
 
Es como ser un príncipe
caminando entre planetas desconocidos.
Ser un carro de fuego  
arrastrados por caballos negros
almas blancas grises y oscuras
sordas en la tarde
¡hay la ciudad!
 
mar de fríos y poesía loca,
mar de gente con piernas
y brisa brava que camina
y hay de los que no caminan
no hay forma de huirle a la ciudad
entre el ruido de la calle
los murmullos de la academia
y el voltaje de la noche
¡hay la ciudad!
 
si no me pierdo en ella me contamina,
si no lo hago igual lo hace
mar de lagrimas y risas
empujones arbitrarios
olores condensados
gente que respira simplemente gente
de ciudad.
 
¡adiós angustia!
¡bienvenida rumba!
vida de malagueña
juventud de sexo drogas sudor y rock and roll
interminable filosofía
falsa madurez rellenas de pubertad
que solo se siente en la oscura penumbra de mi
satírica y truculenta ciudad que solo me permite un último suspiro
para decir
¡hay mi ciudad!




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