Expiration City
Parte de la obra "MAOA-L, Poesía de los desafines de un corazón criminal"
Danzo al son de las sirenas en una noche húmeda de pavor. Huelo, atónito y congelado, cómo los salvajes ahúses del egoísmo cobran vida a la media noche. Disfruto de la suavidad en la piel de las mujeres que dicen ser públicas, sucias rameras y divinas del placer encanto. Hoy es una buena noche.
En mis 43 años de existencia, jamás había visto una noche como la que aquí cose la sangre y hiela la muerte. La noche que elegí para difundir mi acto, para contemplar mi muerte.
Las nubes, llenas de lágrimas de otros desafortunados, se acumulan por entre los edificios de la ciudad que destrozó ideales a por mayor y que formó carácter atroz a los pequeños que corrían en búsqueda de la conservación de su inocencia. Es sin duda, la perfecta noche. Los baches, formando corazones rotos sobre la acera, se descarrilan y se llenan de charcos de promiscuidad, mientras autos montados de bufones con alcohol se pasean, llenos de risas y de desvergüenza.
Es la noche hermosa. La que escogí, recién nací, para morir.
Los cafés se calientan. Las cervezas se enfrían. Mis seres amados se calientan. Yo me enfrío. Así transcurre la madrugada en San Luis y en Belo Horizonte; En Baltimore y en San Pedro Sula; mientras alguien se calienta, cubierto de saliva, de coñac, de prostitución, de valentía exprés, de diversión y de riesgo, alguien se enfría lleno de nada, buscando todo.
Piaciuto o affrontato da...
