#Amor #Mar
La locuacidad de mis cuadernos me ha transformado en un escurridizo imán de frases, en la onomatopeya de un inventor de laberintos,
En una vida tantas vidas cosidas a tus ojos somnolientos, nana calma enamorada, sigilo de las sombras y los juegos… Fuego en nuestras mentes,
Con una palabra escrita en malva me confíaste tu voluntad de la estación húmeda, con tus palmas salpicaste para mí cuencos repletos de arco iris
Sé, pues entre sueños me lo has dicho esta noche, que somos una hilazón posible cuando en nuestras caricias
Nubes de azufre han tintado con muerte ojos humanos. Vientos rabiosos estremecen las hojas,
Con esta cruz de los milenios iremos hacia las colinas, llevaremos en la mente el cuaderno donde las palabras desnudan nuestros negados párrafos ocultos,
Recurramos al recuerdo; somos los nietos de la Torre de Babel abandonada. Silenciosos de nosotros partirán
Retenías, dentro de un reloj enterrado entre tus paredes, el temor veloz a los segundos, pretendias amputar,
Esta mesa de invierno y piedra será el lecho donde consumaremos nuestro amor intermitente, tabla para afianzar nuestra comunión cosmopolita,
Hay un hoy, hay un pasado, bajo el umbral de estos arcos naufragados entre mariposas rojas. Hay la nostalgia de un hombre,
Vientos rabiosos estremecen mis hojas, árbol desnudo. Anuncia inviernos el ocre de mis ríos,
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