#EscritoresEspañoles
Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales. El niño mira su columpio, muy triste,
El futuro es vuestro, chavales, decían, como quien te dice que te ha tocado algo,
Con los días contados, chaval, así vivimos todos. Esperando a que nos tachen de la lista. Distrayendo
Acaba de cruzar frente a mi parabrisas. Es ella. La recuerdo
Ya poseemos casi todo lo que nos iba a hacer felices. Puede decirse
Cosas de la edad, supongo: te da por mirar atrás,
La radio está encendida. Suena la pedorreta de una moto
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo
El último salvavidas al que suelo agarrarme en estos casos, el teléfono, hoy tampoco me sirve.
Llegan y se van sin hacer ruido —como buenos clientes—, luego el tiempo los confunde
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
Tienes veinte años, tienes a la vida por el cuello a tu merced; pero no es suficiente,
Tendría alrededor de ochenta años, estaba atascada en un semáforo, como un barquito de vela bajo la tormenta,
Uno siempre espera que suceda algo, que algo bueno suceda, algo que le dé un giro brusco, un empujón, un bandazo