#EscritoresEspañoles
Sale de la marquesina y mira hacia la izquierda; vuelve y reinicia su pequeño “claqueteo” nervioso. No aguanta más, se muere, necesita
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más
La radio está encendida. Suena la pedorreta de una moto
Llora cuanto quieras sobre mi hombro, desahógate, cuenta conmigo para lo que haga falta.
Como el viento que encuentra una rendija y se cuela en la habitación y lo desordena todo libros
Acaba de cruzar frente a mi parabrisas. Es ella. La recuerdo
Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
Tienes veinte años, tienes a la vida por el cuello a tu merced; pero no es suficiente,
No solo eres guapo, fuerte y listo, sino que además de conciencia ni una pizca
Ya poseemos casi todo lo que nos iba a hacer felices. Puede decirse
Esta noche, por lo que a mí respecta bien podría saltar el mundo en mil pedazos. Por qué no. Y nosotros con él. Acabar. Echarle de una vez
Un simple comentario a destiempo, sin ninguna intención.
Llegan y se van sin hacer ruido —como buenos clientes—, luego el tiempo los confunde
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí