#EscritoresEspañoles
La radio está encendida. Suena la pedorreta de una moto
Uno siempre espera que suceda algo, que algo bueno suceda, algo que le dé un giro brusco, un empujón, un bandazo
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
Gente exhausta, con la vista clavada en el suelo,
No solo eres guapo, fuerte y listo, sino que además de conciencia ni una pizca
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
Llora cuanto quieras sobre mi hombro, desahógate, cuenta conmigo para lo que haga falta.
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
Mujeres como tú son las que consiguen que se declaren las guerras y que algún general
Nunca lo he visto antes, pero conozco a ese hombre. (Si me acercase, distinguiría en sus ojos
Dejo el periódico sobre la barra. Enciendo un cigarrillo. Tomo
El futuro es vuestro, chavales, decían, como quien te dice que te ha tocado algo,
No es el de la niñez, aquellas mañanas de diciembre, a lo largo del río, hacia el colegio. Ni se trata tampoco de aquel otro
Un simple comentario a destiempo, sin ninguna intención.