#EscritoresEspañoles
Tienes veinte años, tienes a la vida por el cuello a tu merced; pero no es suficiente,
Mujeres como tú son las que consiguen que se declaren las guerras y que algún general
De aquí a un tiempo, puede que llegue a ser como vivir
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más
No solo eres guapo, fuerte y listo, sino que además de conciencia ni una pizca
Uno siempre espera que suceda algo, que algo bueno suceda, algo que le dé un giro brusco, un empujón, un bandazo
Lentos por las aceras, inmóviles en las repisas, aovillados
Es inútil buscarlo. Cuando menos lo esperas, aparece en un bar. Y ya nada es igual en adelante. Un día tocas los dientes de la gloria,
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
Acaba de cruzar frente a mi parabrisas. Es ella. La recuerdo
Llegan y se van sin hacer ruido —como buenos clientes—, luego el tiempo los confunde
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
En todas las ciudades que he pisado me ha parecido verte: un autobús que arranca y que no cojo,
La radio está encendida. Suena la pedorreta de una moto
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,