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El recuerdo de papá

Cuando niño me asombraban esas historias
parecían haber sido sacadas del libreto
de las películas de convoy donde eras el héroe.
Mamá decía que te las habías inventado
porque cuando ella ya te conoció
solo eras el fulano que se caso con ella.
Sin embargo para mi seguías siendo el héroe.
Mamá te había desmitificado
pero en mi thriller seguías siendo el principal actor.

Siempre recuerdo, caminabas de prisa
me dejabas algunos metros detrás de ti.
Pensaba que era lento, que me faltaban fuerzas;
apenas tenía seis años pero me gustaba
ir siguiendo tus huellas, ir por tus caminos
polvorientos de angostas avenidas.
Eran caminos de herraduras, sinuosos,
llenos de altas herbáceas con crines caídas.
 
Allí iba, juntito o casi juntito.
Después íbamos parejo
hacíamos largas caminatas
de regreso a casa o yendo a visitar amigos.
No se cuando cayó tu paso
Lo empecé a sentir cuando te quedabas
y tenía que esperarte en cada esquina.
Yo a veces me adelantaba forzando
tu tranco pero era en vano llegaba la agitación
veía tu enojo y maldecías los años viejos.
 
Que diferente es la mocedad
uno brinca la cuerda
y salta siete hilos de cerca.
El potrillo joven es brioso y veloz;
así lucías cuando era yo niño papá.
 
Después te vi encorvarte
eran mis años de raciocinio.
Me estaba haciendo un hombre adulto
y disfrutaba de tu sabiduría,
de tus largas charlas de aventuras
recreadas con algo de imaginación.
 
Cuando niño me asombraban esas historias
parecían haber sido sacadas del libreto
de las películas de convoy donde eras el héroe.
Mamá decía que te las habías inventado
porque cuando ella ya te conoció
solo eras el fulano que se caso con ella.
Sin embargo para mi seguías siendo el héroe.
Mamá te había desmitificado
pero en mi thriller seguías siendo el principal actor.
 
En todos estos años he sido injusto
he escrito pocas líneas a mi héroe
la enseñanza que me dejó sigue como impronta
en cada uno de mis pasos
que ahora también empiezan ha ser lentos.
Algún día al igual que ti dejaré la prisa
y será otro el que me espere al llegar a la esquina.
 
Dedicada a mi querido padre: Don Kleber Ignacio Exkart Pazmiño, fallecido el 6 de Octubre de 1999.

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