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“Me extraña que te extrañe”

“Me extraña que te extrañe”
La frase no es mía, la robe a un librero.
La hizo para una cinta cinematográfica
creo fue para recrear el hundimiento del Kursk.
Me enamore de la frase porque viene
como anillo al dedo a ese extraño sentimiento
que cavila dentro de mi y es la explosión
de la memoria fatídica de lo que todavía
queda de ti dentro de mi.

Extrañarte quién diría, es la pesadilla.
Llevo dias cavilando y revoloteando
el mismo recuerdo. Es extraño
porque no siempre dejó cabo sueltos
todo lo ato bajo el mismo nudo del olvido.
 
Ondeó la bandera blanca de la memoria de cal
esa que borró hasta lo indeleble.
A esta altura no debe haber ningún
vestigios de tus besos, ni de tus noches voluptuosas
ni de tus atisbos de lírica.
 
Como el fuego arrasó todo.
Sin embargo en alguna estrella quedó tu luz
y la memoria me vuelve a traicionar.
Vuelven las mariposas verdes agua y las amarillas
y las violetas y las de ojo pardo.
 
Los recuerdos tienen alas de mariposas
y patas de ciempiés; caminan, revolotean
se suben al cogote, se cuelgan de las miradas;
se enraízan en la piel; se adentran en mis dientes.
Me zangolotean y despiertan.
 
“Me extraña que te extrañe”
La frase no es mía, la robe a un librero.
La hizo para una cinta cinematográfica
creo fue para recrear el hundimiento del Kursk.
Me enamore de la frase porque viene
como anillo al dedo a ese extraño sentimiento
que cavila dentro de mi y es la explosión
de la memoria fatídica de lo que todavía
queda de ti dentro de mi.
 
Resurges en explosión metafísica
dando vida a las metastas de mis fantasmas
que los creía olvidados, sepultados, sumergidos.
Ahora se que no se han ido, que solo esperan
me descuide para colonizar nuevamente
mi tálamo y empezar la rumba del recuerdo.
 
Imagino la fiesta de la masa gris de mi cerebro
llevando a puntillas tus besos, tus caricias;
desdoblando tu imagen en pequeños círculos
eléctricos de nanos decibeles para enrutar
nuevamente tu aroma y hacerme desfallecer.
 
Te creía ida, desdoblada en el infinito.
Cerré mis ojos para no verte jamás;
sepulte detalles y cartas amarillas.
Recetee la memoria de mi compu;
ahora se que aunque te sepulté
vas a llegar furtiva a mi cama
y rezongando aullaras tu mantra
que nunca pude descifrar.
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