Si no hay brillo en tus ojos...
Silenciosa justicia imparte
el filo de mi machete.
Lo deslizo por mi muñeca,
de arriba hacia abajo,
y sumergiéndola en agua
acelero el trance.
Dulce y agónico momento.
Siento el frío y veo mi piel
adoptar colores pálidos.
Sabor metálico en el paladar.
A lo lejos,
escucho voces
que provienen del reino de los vivos.
Demasiado tarde,
no hay vuelta atrás.