El tiempo no se percata que es medido,
al igual que tu ignoras ser recordada.
Lo que eran antes las exiguas agujas de reloj,
electrones saltarines en frecuencias
imperceptible a la piel,
que marcan la pausa entre el presente y el después.
Se han transformado
en breves versos y silencios
que denotan el ritmo de un olvido
que aun reside en mis sinapsis.