Aquella insinuante y serena voz sucumbe ante mi otra vez.
susurrando a al oído –ningún mal te paralizara, mas que el vuestro–
no desenfoques tus sentidos... sigue o no sigas la linea de la vida.
Mas si el dolor distrae tu pensar. busca el centro.
Oh, El dolor, compañero fiel de la culpa; no creo poder ser feliz.
Todo esta libre de ataduras. No cierres las puertas al bien de la luz viva.
Aunque vague un recuerdo de antigua tregua
visitando tu morada.
Mas si este sueño hemos de caminar juntos,
no dejes ir mi mirada, ni des rienda suelta a mi vaivenes.
Solo déjame flotar con ligeras caricias sobre el prado,
solo para no olvidar lo suficiente donde existo.
Pues ya caí preso de los bailes y mareos de las noches frías y
oscuras.
Se sabe que a muchos atrae a la locura,
es algo normal; pero no fácil de sentir,
podría estar mal descrita por la
supuesta falta de apego lo normal .
—Pero no por lo genial y lo no comprendido.
Temblando mi alma al mecer entre el bien y en mal .
El gran espíritu santo proyectando mi visión y dando vida a todo.
A mi corazón ver arrancar de mi pecho, con el eco de mil verdades.
Mas el veneno es siempre el mismo de mi letargo maldito.
A mi equilibrista opocado por las sombras de los ademanes ebrios,
a mi señor de la cuerda floja, pero de limites a primera vista, eso si!
Ah, me pierdo en mi, me descuido del mundo
No me encuentro sin tu guía bendita.
Lo que degrada al tiempo que no tiene ni hogar ni sitio
el hombre degrada al mismo hombre sin lugar ni sitio.
L.R.B