Dos atletas saltan de un lado a ot… lanzando gritos y bromeando acerca… y no sé sus nombres. Y en mi alma… cómo se balancean los trapecios. D… atletas saltan de un lado a otro d…

Señor, largo tiempo llevo tus rest… en mi boca sola, y me arrodillo an… y en rezo me evaporo, como si fuera mi casa la ceniza. Es

Bufón soy y mimo al hombre en esta… con peces muertos en sus peldaños y una sirena ahogada en mi mano qu… mudo a los viandantes pidiendo como el poeta limosna

Tengo un idiota dentro de mí, que… que llora y que no sabe, y mira sólo la luz, la luz que no sabe. Tengo al niño, al niño bobo, como… en Dios, en un dios que no sabe

Cuando cansado desde el lecho, me levanto a mirarte, Juvencio, y otra vez el cansancio reencuentro de nuevo pienso en Cieno que los o…

Yo soy un hombre muerto al que lla… En la cena de los hombres quién sa… algo aún será: ceniza en la mesa o alimento para el vino. Los bárbaros no miran a los ojos c…

Fumo mucho. Demasiado. Fumo para frotar el tiempo y a vec… y oigo pasar la vida como quien po… Fumo mucho. En el cenicero hay ideas y poemas y voces

recuerdas el que vivía antes en el… sus muñecas al patio porque ella t… y las miramos que no se movían y y… debió de recogerlas a la mañana si… iban perdiendo forma hasta que osc…

La poesía destruye al hombre mientras los monos saltan de rama… buscándose en vano a sí mismos en el sacrílego bosque de la vida las palabras destruyen al hombre

Todo aquel que atraviesa el corred… llega fatalmente al Último Espejo donde una mujer abrazada a tu esqu… cara a cara el infierno de los ojo… de los ojos cerrados para siempre…

Como un hilo o aguja que casi no s… como un débil cristal herido por e… como un lago en que ahora es dulce… oh esta paz que de pronto cruza mi… este abrazo de las profundidades

Pero conoceremos otras primaveras,… a la Isla—Que—No—Existe, está pr… por la voz de la señora Darling (e… vuelven el rostro a sus esposas o… Darling invita a todos ellos a tom…

Cuca está hueca. Sí, ¿no sabías?… Mon Amour. Sí mujer, y ella se cr… naturalmente, ante ella. Sí, sí, y… le da a la cosa. No, no, a mí la m… como la cosa más natural. No, cómo…

Prometo escribiros, pañuelos que s… sobre la hierba húmeda, donde las… las viejas maderas, el viento agit… ahora, qué grotescos, envenenados… Os echaré de menos, nunca os olvid…

Los hombres del Viet son tan herm… El agua del río, lamiendo sus pier… su ruina. Luego vinieron las Grandes Lluvia… la vagina hambrienta de la selva,…