Notas de dolor
Trance más fuerte que yo;
cuando pienso que te he vencido,
con más ímpetu me embiste la bestia
que se alimenta de mi amor por ti
y de tu indiferencia.
Disimular,
es peor que huir.
Me quedo alimentándome con las migajas de tu afecto,
—triste iluso—
Y mientras tanto,
la esperanza se queda viendo
o esperando
señales que nunca llegan
Me convierto en tu sombra,
en ese ser que vive para protegerte,
la mayoría de las veces imperceptible
—ángel de tu guarda—
Bendita la esperanza que habita a ese otro que te mira,
que te busca y puede esperar y luchar por ti,
alimentado por la ilusión y la juventud,
por el querer y poder,
precedidos estos, por la expectativa y la alegría
Maldita la desesperanza que me habita
alimentada por la desilusión,
la impotencia,
la amargura,
Maldita la esperanza que me carcome
alimentada por falsos signos y lenguajes que no dicen nada,
así como por maquinaciones y pensamientos irracionales
signados por lo prohibido
"Triste iluso" y "Ángel de tu guarda" hacen referencia a dos poemas inspirados en la persona a la que escribo éste.
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