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Los mil y más días

Tuvo mil y un días de felicidad
Caminó y la sonrisa nunca se le borró
En el día mil dos y de pronto se vio confundida
Ya no sabía que hacer, dónde ir
Se sintió falsa y en una alucinación
 
¿Cómo es que pudo sentirse así tanto tiempo?, se preguntaba
¿y si hubiera sido un trance?
Es que, ¿qué tiene la felicidad para hacerte sentir ajeno?
¿puede uno pasar del calor al frío, en un segundo?
¿Ser tan feliz acaso, le causó tristeza?
 
¿Que se puede esperar ahora?
Más, sólo se dio cuenta que en las lágrimas hay también alegría
Y que una sonrisa puede ser el gesto más triste visto
Nada más que estos temas son cuestiones de destiempo
Mil y un días de felicidad le equivalían a un día de tristeza
La misma intensidad, pero, estaba viviendo.

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