Déjalos, humano, déjalos
Que rueden sin rumbo
Que floten y no toquen el suelo
Que ardan en llamas
Sus cenizas han de esparcirse
Déjalos gritar sin nadie que voltee
Que se revuelquen en su soledad
Que se arranquen la piel
Que se destruyan y consuman
Que se pierdan y vuelvan a la nada
Déjalos, nunca fueron para atraparse…