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Manuel de Zequeira Arango

Manuel de Zequeira y Arango (1764-1846). Periodista, poeta, funcionario público y militar cubano. Escribió en numerosas publicaciones de la prensa colonial cubana y marcó pautas a la creación literaria con un incipiente sello criollo.

Manuel de Zequeira y Arango (1764-1846). Periodista, poeta, funcionario público y militar cubano. Escribió en numerosas publicaciones de la prensa colonial cubana y marcó pautas a la creación literaria con un incipiente sello criollo.

Nació el 28 de agosto de 1764 en La Habana, en el seno de una familia noble y acomodada. Hizo estudios elementales en su hogar, y en 1774 ingresó en el Seminario de San Carlos, donde cursó historia y literatura. Allí estudió junto a Félix Varela, con quien estrechó lazos de amistad. El 18 de agosto de 1784 ingresó como cadete en el Regimiento de Infantería de Soria, lo que marcaría el inicio de su larga carrera militar.

Formó parte de los primeros colaboradores del Papel Periódico de La Havana, en el cual publicó poemas y ensayos literarios desde 1792. En 1800 fue nombrado redactor del periódico, lo cual le costó una polémica de dos años con Buenaventura Pascual Ferrer, quien optaba por el mismo cargo. En ese mismo año Zequeira comenzó a dirigir la mencionada publicación, en la que, bajo su dirección, preponderó él el carácter literario. En 1805 cesaron sus funciones de director; sin embargo, prosiguió a modo de colaborador en el mismo Papel Periódico, El Aviso y El Aviso de la Havana.

En 1804 fundó El Criticón de La Habana, el cual se destacó por sus numerosos artículos de costumbres y crítica social. Al parecer, Zequeira redactaba completamente los números de El Criticón de La Habana, en el cual potenció una literatura de objetivos morales y sociales muy definidos.

Asimismo, escribió para casi todas la publicaciones periódicas de su época, como El Mensajero político económico y literario de La Havana, El Noticioso Mercantil, El Hablador, El Observador Habanero y La Lira de Apolo. Zequeira opinaba que los periódicos debían mostrar la «bella literatura», pero la física, la química y la medicina no debían tener cabida en ese tipo de impresos. Las ciencias, abogaba, debían explicarse en las universidades y escuelas. También trabajó en la Imprenta de la Capitanía General.

Zequeira figura entre las voces líricas más destacadas del período colonial cubano. Fue poeta neoclásico que en sus versos destacaba un incipiente “criollismo” -nombre que se daba a las primeras muestras identitarias de la cubanidad. Su poema A la Piña muestra claramente este carácter.

Se destacó además como prosista interesado en comunicarse con sus lectores y en dejar huella impresa de la vida habanera en elementos del costumbrismo y el testimonio. Introdujo la prosa poética en la Isla, al publicar en el Papel Periódico de La Havana el artículo «El relox de la Havana».

Fue un excelente sonetista, considerado el primer poeta cubano, si no cronológicamente, sí por su vocación sostenida, alto simbolismo con desarrollo de motivos identitarios criollos, conocimiento cabal del instrumento poético y facilidades líricas.

Muy vinculado al gobierno de don Luis de las Casas y a la labor de la Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP) de La Habana, en 1809 desempeñó el cargo de vicecensor de su Junta Directiva. Fue promotor del pensamiento del reformismo en Cuba.

Su talento militar siempre estuvo al servicio de la monarquía hispánica. En julio de 1793, durante la contienda contra la invasión francesa, partió en una expedición de apoyo a la guarnición del Cuartel de Cahobas, en la isla de Santo Domingo. Participó en los combates de la Matric y Yacsí; este último inspiró uno de sus cantos heroicos, Ataque de Yacsí. Obtuvo el grado de subteniente de granaderos, y en 1796 volvió a La Habana, donde contrajo matrimonio.

Por el mérito de sus servicios, en 1810 fue nombrado comandante en jefe de la Plaza de Caro, en Venezuela, pero nunca llegó a tomar posesión de su cargo. En 1813 se le destinó al Nuevo Reino de Granada, actual Colombia, a las órdenes del general Francisco Montaleno y Ambuladi. En tierras neogranadinas combatió a los independentistas. Fue gobernador militar y civil de la provincia de Río Hacha de 1814 a 1815. En ese último año se le destinó a Mompox, y en 1816 fue nombrado teniente-rey y presidente de la Junta de Real Hacienda de Cartagena.

A finales de 1817 retornó a La Habana, con Real Licencia y grado de coronel de infantería. En 1821 fue trasladado a Matanzas en calidad de coronel de las milicias de esa ciudad. Durante su estancia en territorio matancero se presentaron los primeros síntomas de su locura. A partir de entonces, su vida pública y literaria cesó. Falleció en La Habana el 18 de abril de 1846.

Empleó múltiples seudónimos, como Ismael Raquenue, Ezequiel Armuna, Ezequiel Amura, Anselmo Erquea Gravina, Raquel Yum Zenea, El Observador de La Havana, El bruxo de La Havana, El Marqués Nueya, Arnefio Garaique, El Licenciado Frisesomorum, La horma de su zapato, Armenau Queizel, El Criticón de La Havana, Arefique, Enrique Aluzema. Se cree que Leofar Lemonieau, D. Amosar, Yeso de Jarzos, Eguzqui y Matato, sean anagramas de su nombre. Por razón de tan frecuentes enmascaramientos, parte de su obra permanece sin localizar.

Referencias

En Caribe – encaribe.org/index.php?option=com_content&view=article&id=653:manuel-de-zequeira&catid=87:literatura&Itemid=104




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