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Reunión

La viceministra ha exigido la causa de las causas. Está bueno ya de reconocer los problemas y apenas sugerir soluciones definitivas: los estudiantes escriben mal, leen mal, hablan mal. Revisa files y estrategias, en breve llegará el ministro y todo debe estar claro, bien claro antes de dar paso al próximo curso, el de la batalla decisiva por la corrección en la ortografía, la lectura y la expresión oral.
El funcionario lleva días de ajetreo. De un lado, sus subordinados, a quienes compadece pues para nadie resulta cómodo que husmeen en sus papeles. La viceministra del otro, exigiendo responsabilidades, precisando metodologías y acciones. Pronto habrá un debate: cada cual ha ensayado su parte: diez minutos tiene el funcionario para abrir el fuego con una detallada explicación de la causa de las causas.
Pero aún no ha amanecido. El funcionario espera con ansiedad la reunión, de lo que él diga dependerá la marcha de la jornada, y luego, del curso. Además, ya el ministro debe estar en camino. El funcionario elige su ropa: discreta y elegante. Pero antes debe cumplir una tarea: toca suavemente en la puerta de la habitación de la viceministra para entregarle su agua serenada, un vaso es suficiente para el buen comienzo del día.

Del libro "El escritor y la bibliotecaria", Ed. Ácana, Camagüey, 2015

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