Gotas de rocío brillan
sobre la mosquitera que tamiza la
visión del monte Oku.
Van surgiendo legiones de astros,
esparcidos sobre horizontes de mil
matices, dorados y rojizos;
Donde el navío de los sueños se
adentra y navega,
perdiéndose en la calidez,
extraña dulzura de un crepúsculo infinito.
Pero el Monzón volverá, como cada año,
doblegando bosques
bajo su fuerza,
y las ramas en los arbustos de té,
se dispersaran sobre la hierba,
donde ahora todo es calma, ligereza;
Sinergia entre el temblor de las estrellas
y el balanceo de las hojas,
atravesadas por la última claridad;
Su perfume, canción que se aleja,
prolongándose en el viento
de una clara tarde primaveral,
que aguarda la estación lluviosa,
bajo el monzón del Asia tropical.