Chargement...

COMO SE APAGAN LAS ESTRELLAS

Yo quise ser de ti,
como hubiese querido ser de un espíritu
protector y libre.
 
Hubiese desgastado los caminos
con tus huellas y las mías,
 
Y le hubiese dado un nombre a una estrella,
y esa habría sido nuestra para siempre.
 
Y cada noche, aunque no estuvieras,
escucharía tu voz cálida, susurrante,
 
y cuando a mi lado durmieses,
solo respiraría amor en lugar de aire,
aunque esto no sea posible,
puede inexplicablemente sentirse.
 
Sin embargo ahora te veo lejano,
casi inalcanzable.
 
Temo y dudo seguir confiando, ya que
a otra mujer tan increíblemente adoraste;
Y a otras muchas buscas, admiras, sigues.
 
Demasiadas veces, demasiadas mujeres,
demasiadas voces;
 
Todas se mezclan en un confuso cántico sin nombre.
Todas aves de rapiña que se marcharon dejando
sus nidos vacíos y espinosos en tu corazón de hombre.
 
Yo no conozco sus rostros, ni sus ideas, ni las
intenciones que con ellas tienes.
 
Solo se que al parecerte imposibles las situaste en el plano
superior de las musas, ese al que solo deberían acceder
las féminas que en cuerpo y alma, temblando, por ti
hubiesen llegado a darse.
 
Y de esas, amigo mío, solo has conocido a una,
que lentamente observa tu vida y de ti se aleja
con el corazón apagándosele,
como se apaga una estrella,
en un frio aire cruzado por traslucidas niñas
espectrales.

Préféré par...
Autres oeuvres par Marian Vanderlest...



Top