Quien pudiera ser esa aterciopelada rosa...
Del jardín la más bella, pefumada y airosa.
Quien pudiera ser tan elegante y admirada,
la más fragante de todas, la más hermosa.
Quien pudiera ser esa sutil y delicada mariposa...
Que sobre la roja rosa suavemente se posa.
Quien pudiera tener sus leves y ágiles alas,
y volar sobre la rosa... mariposa enamorada.
¡Qué emocionante es ver a esa graciosa mariposa!
y a la rosa mojada de rocío, moverse dulcemente,
¡Quién será esa dama, tan elegante y preciosa...!
Y ese joven galante que le regala la rosa y la besa en la frente.
Marisa Viazzi