De frío, cielo y estrellas
Salí errante una noche helada
buscando un sentido al sinsentido,
pero el aire caprichoso y poco piadoso,
que entre rachas y tifones lo barre todo,
me estremeció, tambaleé y me hizo dudar si volverme atrás.
Tiré de valentía bajo esa extensa manta del universo
que apagaba el día con una antología de nítidas estrellas vestidas de invierno
y una diminuta luna que apenas marcaba el curso de mi pisada
y me hacía ir con tiento posicionando destellos.
Me invadió un silencio paralizante. Sólo viento.
Sobrecogida me paré y me abrigué con la oscuridad
y la brisa salvaje de la costa que arañaba la piel.
Pero no temí lo misterioso, ni siquiera lo desconocido.
Sólo temí al amor inesperado.
Ese que asusta porque susurra como el aire
pero destruye como los huracanes.
Ese del que no es fácil salir viva sin destruir tu integridad.
No, no tuve miedo de la noche.
Tuve miedo de ti y de mi...
Antes de esto, pensaba en esas flores que nacen entre dos losas pegadas,
que reclaman su derecho al espacio y luz para crecer;
se parecen a “esto nuestro”,
que, aunque hecho de espinas y rosas,
son almas desnudas
tan difícil de negarse
como imposibles de olvidar,
que resurgen de las pisadas una y otra vez.
Y como lo último que esperas,
aturdida en el delirio de los astros,
con mis pensamientos en espiral;
reconocí una destellante y cegadora luz
en el paladar de la noche;
y en ella, dos palabras uniendo sus letras en danza,
defendiendo su espacio intergaláctico,
colmadas de necesidad,
buscando la cercanía,
enlazando sus ganas.
Eran tu nombre y el mío
dibujados con detalle
en ese chivato e insensato techo.
Y pensé:
Si hasta el cielo lo sabe,
¿Por qué yo lo dudo?
Ante tan increíble espectáculo,
volví a casa atónita y eternamente complacida por la señal.
Y más tarde dudé que fuera cierto.
Una antorcha celestial me sacó del abismo de la duda
y me prestó la valentía para sacudirme el pánico del amor
en una imborrable noche
de preguntas y respuestas;
de tu ausencia coronada,
de música triste en el alma,
de amor, de frío, cielo y estrellas.
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