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Merceditas de las trenzas largas

Contiene audiovisual

¡Locura de amar
en sueños amantes,
¡mundo irreal
de sueños que sueñan!
¡tienen los cuerdos
prohibida la entrada!
solo hay boletos
para almas tiernas
con las trenzas largas.
 
Solo niños y poetas
conocen, la senda,
la puerta secreta
que eleva las almas
al mundo del sueño
donde los besos son fresas
los labios son versos
y  sueñan los poetas
caminos de gloria
en sus almas tiernas.
 
Me dejo llevar
por fingidos anhelos
¡de un alma que sueña!
el día que unos labios
la llamen “¡Poeta!”
pero de nada sirve
enfrentarse a la vida
¡disparando salvas
de pólvoras viejas!
¡Qué ya perdió la niña!
¡Ya perdió las trenzas!
Sus trenzas tan largas.
 
¡Enfrentarse a la vida
no sirve de nada!
Ella es la dueña
que tiene las llaves,
que abren la senda
de campos de rosas
donde vive el alma
de la niña buena
de las trenzas largas.
 
Suena a suspiros
de amantes violines,
la voz del amado,
al oírla, me venzo
en mágico universo
de mariposas que flotan
cielos de colores
tapando a mis ojos,
a toda presencia,
que no sea la suya...
¡Soñaba la niña
de las trenzas largas!
 
Me aferro a la vida,
recordando amores
¡mis sueños del alma!
Aquellos sueños
de amor que volaban,
en un alma de niña
con las trenzas largas.
 
¡Aquellos sueños!
Que desgarraban,
huecos silencios,
de  besos perdidos
que al pairo quedaban.
¡Amores del alma!
Amores que tiemblan
al roce de un beso
que refresca el ansia
de la niña rubia
de las trenzas largas.
 
Amores que desgarran
de raíz, los espinos
que pinchan las alas,
de sueños que vuelan,
¡a impulsos del alma!
Quedándose presos
en las trenzas largas
de la niña rubia
que sueña cortarlas.
 
Llena mi alma de anhelos,
¡átame codo con codo
a la piel de tus sueños!
Inunda cada rincón
con la miel de tus besos,
soñaba en silencio callada
aquella niña rubia
de las trenzas largas.
 
¡Sonríe dentro de mí!
¡Calmemos el ansia!
Y que dure el amor,
que duren por siempre
¡amores que sueñan,
amores del alma!
Que viven y crecen
en las rosas frescas
de las lindas caras
de las niñas tiernas
con las trenzas largas.
 
Soñaba la niña
de las trenzas largas,
con rayos de luna
en las noches calladas,
donde solamente
hablaba su alma
de versos de amores
en labios de nácar.
¡Qué mundo más tierno,
aquel que soñaba,
aquella niña rubia
de las trenzas largas!

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