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VORÁGINE

Brama el viento,
afila sus dientes
agita con furia las palmeras
desgarra sus ramas
y los brotes recién nacidos agachan la cabeza
como para esconderse.
 
Él no se detiene,
hace volar las sillas del patio
derriba las macetas que se estrellan al caer
y los gusanos confusos caracolean sin rumbo.
 
Las nubes repletas se unen a la vorágine,
se agolpean y vacían sus ubren;
cuece la tormenta sus uvas
y no destila vino;
me empapa.
 
Y no hay más nubes sobre mi cabeza,
no más gotas de lluvia me mojan,
ni vahídos me ciegan,
ahora el cielo es transparente...
sonrío.

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