Con sus ojos de fuego
en el día fundidos.
Presencia inigualable
de porte exaltable.
Su hambre insaciable
de genio inestable.
En las noches asfixia la carne,
sobrevive con su sangre,
al intruso gitano da muerte entre matorrales.
Se desliza en su vida
como corriente de río,
incesante e imparable.
Protectora del pulmón,
salvadora de raíces
preservadora de matices