#EscritoresEspañoles #Generación27
Tened presente el hambre: recordad… turbio de capataces que pagaban en… Aquel jornal al precio de la sangr… con yugos en el alma, con golpes e… El hambre paseaba sus vacas exprim…
Por fin trajo el verde Mayo correhuelas y albahacas a la entrada de la aldea y al umbral de las ventanas. Al verlo venir se han puesto
El último y el primero: rincón para el sol más grande, sepultura de esta vida donde tus ojos no caben. Allí quisiera tenderme
Traspasada por junio, por España y la sangre, se levanta mi lengua con clamor a llamarte. Campesino que mueres,
Una interior cadena de suspiros al cuello llevo crudamente echada, y en cada ojo, en cada mano, en ca… labio dos riendas fuertes como tir… Cuando a la soledad de estos retir…
Desde que el alba quiso ser alba,… madre. Quiso la luna profundamente… En tu dolor lunar he visto dos muj… y un removido abismo bajo una luz… ¡Qué olor a madreselva desgarrada…
Rumorosas pestañas de los cañaverales. Cayendo sobre el sueño del hombre hasta dejarle el pecho apaciguado
Fatiga tanto andar sobre la arena descorazonadora de un desierto, tanto vivir en la ciudad de un pue… si el corazón de barcos no se llen… Angustia tanto el son de la sirena
Boca que arrastra mi boca: boca que me has arrastrado: boca que vienes de lejos a iluminarme de rayos. Alba que das a mis noches
Las gramas, las ortigas en el otoño avanzan con una suavidad y una ternura largas. El otoño, un sabor
Como el toro he nacido para el lut… y el dolor, como el toro estoy mar… por un hierro infernal en el costa… y por varón en la ingle con un fru… Como el toro lo encuentra diminuto
Todas las madres del mundo, ocultan el vientre, tiemblan, y quisieran retirarse, a virginidades ciegas, el origen solitario
Era un hoyo no muy hondo. Casi en la flor de la sombra. No hubiera cabido un hombre en su oscuridad angosta. Contigo todo fue anchura
Te me mueres de casta y de sencill… estoy convicto, amor, estoy confes… de que, raptor intrépido de un bes… yo te libé la flor de la mejilla. Yo te libé la flor de la mejilla,
Silencio de metal triste y sonoro, espadas congregando con amores en el final de huesos destructores de la región volcánica del toro. Una humedad de femenino oro