#EscritoresMexicanos
Cantan los pájaros, cantan sin saber lo que cantan: todo su entendimiento es su gargan…
Y las sombras se abrieron otra vez y mostraron su cuerpo: tu pelo, otoño espeso, caída de ag… tu boca y la blanca disciplina de tus dientes caníbales,
Es la hora esperada sobre la mesa cae interminablemente la cabellera de la lámpara La noche vuelve inmensa la ventana
El azul estaba inmovilizado entre… El viento iba y venía por la págin… encendía pequeñas fogatas, se revo… salía con la cara tiznada gritando… el viento iba y venía abriendo y c…
En un rincón del salón crepuscular O al volver una esquina en la hora… O una mañana parecida a un navío a… O en Morelia, bajo los arcos rosa… Ni desdeñosa ni entregada, centell…
Hay un árbol inmóvil hay otro que avanza un río de árboles golpea mi pecho Es la dicha
Cantan las hojas, bailan las peras en el peral; gira la rosa, rosa del viento, no del rosal. Nubes y nubes
Dales la vuelta, cógelas del rabo (chillen, putas), azótalas, dales azúcar en la boca a las reje… ínflalas, globos, pínchalas,
Hay una noche, un tiempo hueco, sin testigos, una noche de uñas y silencio, páramo sin orillas, isla de yelo entre los días;
Enorme y sólida pero oscilante, golpeada por el viento pero encadenada, rumor de un millón de hojas
a la memoria de Jorge Cuesta Abre simas en todo lo creado, abre el tiempo la entraña de lo vi… y en la hondura del pulso fugitivo se precipita el hombre desangrado.
III A la orilla, de mí ya desprendido, toco la destrucción que en mí se a… palpo ceniza y nada, lo que llueve el cielo en su caer oscurecido.
Relumbra el aire, relumbra, el mediodía relumbra, pero no veo al sol. Y de presencia en presencia todo se me transparenta,
UNA casa, un jardín, no son lugares: giran, van y vienen. Sus apariciones abren en el espacio
Al natural, en cápsulas, abiertas o cerradas, ya desalmadas, Elvira y doña Sol; en cada cuna Eros y leche: digestión pacífica