Presidia la barra del bar
donde la encontré
mirándome
como si no me quisiera ver
entre la niebla
descaradamente
disimulé
desinterés
pero al revés
le dije
si me lo pides
te acompaño
hasta el amanecer
sin más reproches
que los besos
que te daré
cuando no me puedas ver
su respuesta
aún no la sé,
cuando me desperté
seguí soñando
con sus ojos
acariciando mi piel