Las sábanas se han volado
portadoras de caricias
Qué haré ahora
desnuda y sola
sin el consuelo de mis noches
bajo las exigencias autoimpuestas
de lo pensado
Acto seguido me meceré en la quietud
de lo olvidado
para saber si esta hora azul
tras el goteo de los días
llena el vaso que sostiene tu mano