Cargando...

Cae la noche, en espera a tu amanecer

Somos tan dependientes de la luz, que al anochecer, encendemos tantos faros, no basta sólo la luna...

Es ahora, el ocaso, la hora más triste
cuando la luz de la vida aguarda sigilosa...

Son apenas las 5:50, y el día parece consumirse en vasta oscuridad... El cielo, sólo gris se ha tornado. Luz; que el azul has trastornado con tu ausencia.

Las nubes lloran, y es otoño... Eso pasa cuando te alejas, cuando sólo esperan ser envueltas por la oscuridad, para que sus lágrimas logren lo invisible...

Lo mismo conmigo, al caer la tarde, le doy vida al fuego porque ya no estás, no hay más que ilumine mi camino cuando te vas.

El ocaso, la hora más triste, esa, en que puedo mirarte, pero sólo mirarte y a lo lejos, sin que sepas de mi diario soñarte.

Son las 6:01 siento desaparecer, me he congelado... Ya no hay más rastro de ti por hoy.

Es ahora, el anochecer cuando lloro, sin otro motivo más que tu partida...

El anochecer, porque sólo consigue ser un pretexto más, en el que no estás.

Lloro, lloro hasta desaparecer lo lejano, hasta conseguir la plena oscuridad.

La madre mía, que ha parido cada estrella, sabia dijo, que podría yo brillar por él, hasta conseguir vida propia, pero nunca dejar de brillar, porque otro alguien puede depender tanto de la mía, que sin esta luz, se sienta como yo sin la tuya... entonces, ese otro alguien tampoco conseguiría luz propia

¡Luz bendita, tan indispensable!

Anochece cuando te vas... y sólo conseguirá volver a amanecer si es que regresarás... mientras, he de encender cada lucero en tu honor, para que la soledad no me carcoma, para que la luna no se sienta tan sola ante la ciudad.

 Brillare para que sepas el camino de vuelta, en una de esas puede que amanezcas, y junto a mi, brillando por los dos...
Que me invites hasta tu sendero, a brillar por este y otro amor.

(2014)

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Pawlina Shalin...



Top