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Látigo,
Sudor y látigo.
 
El sol despertó temprano
Y encontró al negro descalzo,
Desnudo el cuerpo llagado,
Sobre el campo.
 
Látigo,
Sudor y látigo.
 
El viento pasó gritando:
—¡Qué flor negra en cada mano!
La sangre le dijo: ¡vamos!
Él dijo a la sangre: ¡vamos!
Partió en su sangre, descalzo.
El cañaveral, temblando,
Le abrió paso.
 
Después, el cielo callado,
Y bajo el cielo, el esclavo
Tinto en la sangre del amo.
 
Látigo,
Sudor y látigo,
Tinto en la sangre del amo;
Látigo,
Sudor y látigo;
Tinto en la sangre del amo,
Tinto en la sangre del amo
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