#EscritoresMexicanos
Los conejos mañaneros se levantan los primeros, y moviendo las orejas se van. Van al horno pues les gusta
Chinito, sería feliz con las cosas de tu país: prenden farolitos, comen con palitos, tienen chata la nariz.
Hay un castillo en las nubes, ¡te juro!, de belleza tal que nunca igual pudo haber más puro.
(¡Trrrrrrrrrrrrr! ¡Trrrrrrrrrrrrr… Las noches de verano son luminosas y tibiecitas. Cantan las chicharritas: “¡lara lara lara la!”
Caminito de la escuela, apurándose a llegar, con sus libros bajo el brazo, va todo el reino animal. El ratón con espejuelos.
Al fondo del barril desvencijado que alumbra un rayo de sol, la araña en sus hilos baila tango con los acordes del bandoneón. Don Gato imita el instrumento
Hubo un Rey en un castillo con murallas de membrillo, con sus patios de almendrita, y sus torres de turrón. Era el Rey de Chocolate
Van los novios en camino a la iglesia del lugar: son dos blancas palomitas que se van a casar. La paloma es preciosa
La torre negra crece a media noche cuando el búho canta, uh... uh... uh... Vuelan las Brujas
Dando, dando de vueltas, los caballitos del carrousel saltan repiqueteando su cascabel. Patos, perros y gatos,
Al sonar las tres de la mañana los muñecos se paran a bailar. La casa está dormida y nadie los verá, y salen de sus cajas
En lo alto de la sierra en el jacal de carboneros cuando era media noche y temblaban los luceros, a la vida vino un niño
Un banquito quisiera comprar, un banquito con sus cuatro patas, para en ellas poderles calzar un surtido cabal de alpargatas. Y luego irle enseñando,
El comal le dijo a la olla: “Oye olla, oye, oye, si te has creído que yo soy recarg… ¡búscate a otro que te apoye!”.
Óyeme, mamacita, a que no te imaginas, a que no me adivinas, lo que tu indito te trae aquí. Son nada más dos cosas: