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Lo decidí antenoche mientras iba
caminando sin rumbo y sin apuro
bajo la lluvia lenta mansa justa
 
 
no voy a ir así que no me espere
usted dirá qué tipo quién lo entiende
con un cielo sin fin tan confortable
empedrado de malas intenciones
un sueño tan formal y tan augusto
 
 
ah me consta que el cielo ha mejorado
sus condiciones habitacionales
con un confort solemne y cibernético
con nuevos eugenistas y mitólogos
con reinas de belleza y de vendimia
y un escuadrón de arcángeles acróbatas
custodios de oraciones voladoras
con bromas sobre Dios y sobre el diablo
con leyes contra el diablo únicamente
y una gendarmería insuperable
(todos los comisarios van al cielo)
y una censura seca y puritana
(ya sé que a los censores corresponde
la provincia celeste de los cuáqueros)
 
me consta que allí están los delatores
si delataron por la buena causa
y los torturadores si invocaron
a Dios la democracia la familia
me consta que allí están los los impotentes
y los estafadores si estafaron
antes de darse a la filantropía
me consta todo eso y sin embargo
usted dirá qué tipo quién lo entiende
yo me conozco y sé que extrañaría
ha de ser deprimente no ver rostros
profilácticamente subversivos
ni suicidas colgados de ideales
ni la nostalgia de la carne alegre
ni el peligroso honor de la blasfemia
ni víctimas de un asco melancólico
o de un calambre de desobediencia
 
yo me conozco y sé que extrañaría
de modo que haré el trámite preciso
para que me permuten el boleto
le ruego me comprenda y me disculpe
diga si quiere que me fui al infierno
pero si esta palabra está vedada
o si al decirla arriesga usted su puesto
diga sencillamente que renuncio
porque el cielo está tan organizado
que en su autopista no hay cómo extraviarse
bajo la lluvia lenta mansa justa.
Otras obras de Mario Benedetti...



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